TIEMPOS DE CRISIS

A veces pienso y me digo
si se puede llamar vida
viviendo como un mendigo.

No es para mí el mendigo,
un ser humano inferior,
es una persona tan digna como tú y yo.

Lo que no puedo soportar ,
es que para comer
haya que mendigar pan.

¿Porqué si el mundo es de todos
lo tienen dos o tres
y son siempre los que deciden
si usted puede o no comer?


Yo cobro el paro y como,
pero no me llega a final de mes
mientras que los que me dan esto
disfrutan de lo lindo uno y otro mes.

Hay que apretarse el cinturón, dicen,
yo no veo porqué
si ellos que conducen
yo no se le veo poner.

Será que siempre somos los mismos
los que corren riesgos por vivir
porque los que son algunos
¡que pena los tiene que dar morir!

A ti te piso porque quiero,
al otro porque me da la gana
y a aquel porque hoy no le alcanzo
pero no se escapará mañana.

Y es así, un día y otro
como transcurre la vida
dando vuelcos los de siempre
y por qué no recogiendo migas.

Si yo fuera presidente,
esto lo habría de arreglar
dando el pan a los pobres
que ellos saben dónde hay necesidad.

Lo repartiría con justicia
ahora tu y luego aquel
y yo me quedo para el último
porque me disfruto ver comer
a todos los que les ha tocado siempre
las migas del suelo recoger.

Que utopía tan grande es ésta,
aunque hay que reconocer
que aún se dice: "no digas nunca,
de este agua no he de beber"